LUZ DE MAR, MAR DE LUZ

Posted by caseritasal100 on jueves, 11 de noviembre de 2010 | 0 comentarios

Hay personas que nos ponen a pensar en si la vida vale la pena por ellos o por nosotros mismos y terminamos locos escribiendo lo que a continuación les narro...

Sobre el horizonte incierto
de la mar en calma,
se cierne la luz marina de tus ojos tristes,
que grita ahogada, ¡hay!,
que se muere, que fenece,
entre el fracaso del antaño obnubilado que se cierra,
y la puerta al futuro incierto
de un amor desconocido que se abre.
Una pasión que ha aparecido en lontananza,
otros brazos que atrapan y roban
tus gemidos balbucientes...
Entre suspiro y suspiro,
entre lágrima y lágrima,
mil espantos del ayer retornan
para sumirse en tu núbil carne de pasados idos;
mientras que a la sombra del árbol adyacente de tu vida,
improvisas, lloras y te agitas,
caes como hoja seca al suelo,
que de dolor, sembraron
las angustias de tus rosas mustias,
¡Las ramas desgajadas que ayer no te abrigaron,
hoy se mueren por hacerlo!...
Luz de mar, rutilante, egregia y lisonjera;
mar de luz, mefítica, acerbay lastimera;
¿Cual de las dos coruscas realmente?,
¿Qué extraño destino te depara la existencia
en su premura?,
¿Será acaso
la rutina de un pasado mórbido, macilento y putrefacto,
o el futuro solaz, congruente y pertinaz
que se arremolina en tu cintura,
a la espera de un amor edulcorante?
Solo en ti se halla la respuesta
que anhelas a tu sino.
Búscala en la cima o en la sima de tu vida misma,
recóndita o somera,
fugaz como un suspiro
o como la piedra sempiterna,
raída por el tiempo en el trajín de tu existencia,
o íntegra, si buscas mas allá,
en el fondo de tu alma, en el espíritu,
¡Solo así sabrás
el milagro de amor que hay en tu vida!
Busca... ¡Luz de mar!,
en ti fulge el milagro efervescente del retorno.
Busca... ¡Mar de luz!,
en ti regurgita la vida que fustiga a cada paso;
y por mas que rumien
los espantos anquilosados del pasado
solo tuya es la decisión epicúrea
de volver a amar con nuevo frenesí,
con ingente empeño y con bríos renovados
¡Qué importa tu escindido, ajado y maltrecho corazón!
...ya habrá quien zurza los retazos de vida que quedaron
y confeccione, para tu vida,
con los fragmentos, un abrigo... un amor.